Caerán los bancos

Al principio era difícil de creer, nadie había pensando nunca que podía pasar y cuando el primer realista dijo aquello de que caerán los bancos, todos nos reímos y le tachamos de incrédulo. Nos equivocamos.

Hace tiempo que el dinero dejó de importar, antes habríamos rezado por ser capaces de hacer que creciera en cualquier lado. Ahora no lo usamos, nunca pensé que lo verían mis ojos, pero así pasó y todo pasó tan rápido, que aún hoy me cuesta contarlo.

El mundo en aquel entonces era muy distinto, los ladrones estaban libres y los inocentes yacían encerrados, los pobres, que eran la mayoría, no podían luchar contra unos pocos ricos, que dominaban todo.

Nuestro estado era un caos, nada funcionaba bien. Los que suponían que debían cuidarnos sólo se preocupaban de sí mismos y de salvar su culo, mientras que los más humildes lo pasaban cada vez más para poder sobrevivir el día a día.

Recortes, recortes y más recortes, pérdida de derechos y falta de libertad, era un caldo que un día estaría hecho. Y el día llego… de la forma menos pensada y liderada por alguien que nunca se lo había propuesto, un ser anónimo que dejó de serlo por un tiempo y que sólo buscaba ser capaz de sobrevivir.

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