– ¿Qué buscas?
– Estoy comprobando cuanto me costaría el viaje del que te hablé.
– ¿No es un poco pronto para buscar?
– Cuanto más pronto mejor, así lo tendríamos todo controlado.
– Yo te diría que mejor no hagas planes, no sabemos aún si vamos a tener esos días, ni si podremos ir.
– Deja tu ejercicio de realidad para otro momento, ¡la vida consiste en soñar!
– Antes pensaba como tú, pero hace demasiado tiempo que la vida me abofeteó y despertó de mi ilusión.
– Ya… pero no te preocupes, aquí estoy yo, para soñar por los dos.
– La verdad es que ante eso no puedo decir nada.
– ¿Verdad que no? Me encanta cómo eres, que seas realista y sincero, pero sabes perfectamente que necesitas a alguien que sueñe e idee planes imposibles para ser feliz.
– Sí. Pero tú también necesitas a alguien que ponga freno a tu imaginación, que te haga vivir en la realidad.
– ¡Vale! ¡Quedamos empates!