No volveré

Me arrastró. Fue un flechazo… pero uno con punta envenenada. Al principio fue perfecto, el sueño que siempre había esperado, escuchando palabras que yo creía sinceras, palabras que siempre había esperado. Pero no, aquello no era realidad, el tiempo se encargó de demostrarlo.

Demasiados sueños prometidos, demasiadas mentiras de los mismos labios que al principio me resultaron dulces y después me sabían amargos.

Te quería demasiado pero abrí los ojos a la realidad, tú hiciste que pasara, tú, con tus palabras vengativas sin razón, me hiciste chocar de bruces contra la realidad.

Sin embargo, todo pasa y, aunque me dolió mucho tiempo, al final me curé de ti y ahora cuando, pocas veces, te encuentro, lo puedes ver en mi mirada, la determinación de una promesa hecha a uno mismo.

No, no volveré a seguir tus pasos. Todo lo que me atrae de ti ahora hace que sienta repulsa. Ojalá algún día te cures de esa enfermedad que te hace necia a los ojos del que quiere ver la verdad pero, aún con ellos, jamás volvería a estar a tu lado, demasiado daño injustificado que un perdón nunca podrá curar.

Deja un comentario